jueves, 23 de octubre de 2014

Vegeta, ¿El príncipe de la soledad?

Revisando las entradas de mi blog, en busca de erratas y otras cosas, mientras releía las biografías de Vegeta y Albram Dorogant, mu puse a pensar que aunque el segundo es el antihéroe protagonista de El príncipe de la soledad, ese título, rango o lo que venga, le queda a la perfección a Vegeta. El orgulloso saiyajin es realmente el príncipe de la soledad, incluso más que el propio Albram.
¿Alguien lo duda? Empezando por lo primero, Vegeta es el hijo primogénito de un rey y no de un país sino de un planeta entero. Así que lo de príncipe ni quién se lo pueda quitar. Él mismo se siente muy superior a los otros saiyajin argumentando su regia procedencia en comparación con los “soldados de clase baja”, como se refiere siempre a Goku y a su hijo.
Lo segundo, Vegeta es uno de los pocos supervivientes de su planeta. Tras la explosión sólo quedaron cuatro saiyajin con vida, él, Goku, Nappa y Raditz. Con los últimos dos vivió durante muchos años, pero no por ello se puede decir que tuvieran alguna relación afectiva. Eran tres hombres de una misma especie que se dedicaban a eliminar a otras para apropiarse de sus planetas, nada de celebraciones de cumpleaños y cosas por el estilo.
Se trataba de tres malos que hacían y hablaban sólo de cosas malas. De hecho fue el propio Vegeta quien mató a Nappa (dos veces), y cuando se enteró de la posibilidad de revivir a Raditz la descartó inmediatamente. No los consideraba sus amigos ni mucho menos.
Con lo anterior queda claro que Vegeta siempre fue un hombre solitario y, por supuesto, príncipe, aunque fuera de un planeta que ya no existía. Al llegar a la tierra y pelear con Goku, se puede decir que empezó a ver la amistad más de cerca, mas no a participar de ella. De hecho, se entiende que en un principio, cuando peleó en Nameku, trató de hacer de los terrícolas los sustitutos de Nappa y Raditz, y, más tarde, en la tierra contra los androides, al ver que no lo tomaban como líder, trató de apartarse de ellos.
También aquí se entiende la posibilidad de que a estas alturas Vegeta huyera de la amistad que estaba por sentir hacia Goku y sus amigos. Para entonces ya tenía un hijo, el mismo que según sus propias palabras no le importaba en lo más mínimo. Su pasado de hombre cruel y solitario lo hacía renuente a entablar cualquier relación afectiva. Quizás se avergonzaba de que desde el otro mundo los saiyajin vieran que su solitario, cruel y despiadado príncipe ya era capaz de tener amigos y familia.
Cuando se sacrifica peleando contra Majin Boo, reconoce que nunca había abrazado a su hijo, Trunks. Es entonces cuando incluso le pide un favor a Piccolo, que se lleve a su primogénito del peligro lo más rápido posible, algo impensable por parte de Vegeta. Y en esta etapa es cuando Vegeta se hace un poco más sociable y a mostrar otras preocupaciones que no sean pelear y ser el más poderoso del universo. Pero realmente aun cuando se convierte en bueno, incluso se puede decir que en amigo de Goku, nunca deja de ser un solitario que, aparte, es el príncipe de un planeta extinto. Vegeta es claramente un príncipe de la soledad, como el propio Albram Dorogant. Quizás por eso son mis antihéroes favoritos.

domingo, 19 de octubre de 2014

Drácula 2014, por fin la transición

Hemos visto infinidad de películas sobre Drácula, el vampiro. Bela Lugosi le dio rostro al monstruo transilvano, pero otros tantos actores han hecho méritos dignos de ligar también su fisonomía a él. En el último filme que recuerdo, se remontaban los orígenes del vampiro no a la Edad Media rumana sino al Israel bíblico, con un Judas Iscariote maldecido por traicionar al hijo de Dios y condenado a ser un vampiro.
Pero Drácula, como todos sabemos, no ese apóstol que se inclinó a la traición sino Vlad el Empalador, un príncipe rumano sometido por el imperio turco, quien luchó toda su vida por consolidar un pueblo libre del dominio de sus opresores.
También hemos vito filmes de ese príncipe sanguinario y cruel. Pero nunca se nos había presentado la transición. Es decir, cuándo Vlad el Empalador pasó a ser el conde Drácula. Se desconocía si él fue el primer vampiro o si fue mordido por otro vampiro y transformado.
Pero ahora por fin surge una película sobre la transición, sobre cómo fue que Vlad se trasformó en lo que ha sido desde que Bram Stoker “publicó” su historia a finales del siglo antepasado: un vampiro, y no cualquier vampiro, sino el más famoso y terrorífico de todos.
Drácula: La leyenda jamás contada aprovecha la fama del cruel príncipe, su deseo de liberar a su pueblo del dominio turco, y, por otro lado, recoge al monstruo patriota de Stoker. Aquí vemos cómo Vlad decidió por sí mismo y consiente de las consecuencias ser un vampiro, con tal de vencer al sultán y salvar a su pueblo.

lunes, 6 de octubre de 2014

Los diez personajes más malvados de la literatura

La literatura universal está plagada de villanos que pese a serlo tienen un sinfín de admiradores, sencillamente porque un personaje malvado pero bien diseñado no deja de ser una obra maestra. He decidido dedicar esta entrada para hacer un top ten de los grandes villanos, cuyo único requisito para figurar en él es que haya escrito ya su biografía en este blog:

1-. Lord Voldemort. Cuando escribí la biografía del señor oscuro más famoso de los últimos tiempos, lo definí como el mejor villano. Y es que realmente lo es. Le doy el primer lugar porque es un personaje sin amigos, sin afecto hacia nadie, con el único fin de destruir, dominar y demostrar su gran poder.
2.- Milady de Winter. El segundo puesto es para la gran villana de Los tres mosqueteros. Se trata de una mujer sin ningún sentimiento positivo en su interior, y aunque mata por encargo, no tiene el menor reparo en cometer un crimen ni la acosa el más mínimo remordimiento. El olvidarse de su hijo en los últimos instantes de su vida, acentúa esa frialdad absoluta que la caracteriza durante toda la novela.
3-. Drácula se lleva el tercer puesto. Es malvado y disfruta hacer sufrir, no tiene piedad por la especie humana en absoluto. Pero hay en él un sentimiento de afecto hacia aquél pueblo rumano que defendió cuatro siglos antes de su muerte como vampiro, peleando valientemente contra los turcos. Y esa muestra de sentimentalismo es la que lo ha hecho caer al tercer puesto.
4-. Drabelo. El villano de El príncipe de la soledad es un completo misterio. No se sabe aún hasta dónde llega su maldad ni si es capaz de tener piedad o ser sentimental en algún momento, pero el hecho que sólo la mención de su nombre haga que todos tiemblen de miedo lo hace merecedor del cuarto puesto.
5-. Jean Baptiste Grenouille. No es un malvado que disfrute matar sino una especie de “investigador” que para consolidar sus experimentos necesita matar. Y de hecho mata al por mayor, por eso no se podía quedar fuera de los primeros cinco lugares.
6-. Sir Leigh Teabing es capaz de matar sin ningún miramiento, pero no lo hace por placer, si no por revelar una verdad que su mente retorcida cree que no puede permanecer oculta. El hecho de que hacer daño no sea su fin si no su medio lo ha hecho caer hasta el sexto puesto.
7-. Claude Frollo es un sacerdote oscuro capaz de matar. Pero mata por pasión, por una calentura que lo consume y que él confunde por amor. Por otro lado, ama profundamente a su hermano menor, Juan. Esos rasgos de humanidad son los que lo alejan bastante de los primeros lugares.
8-. Dorian Gray es malvado, vanidoso y superficial. No obstante, su mente no está enfocada al crimen sino al egoísmo. Sus crímenes sin circunstanciales, no planeados. Y al final de su vida busca, sin éxito, la redención. Por ello también se aleja bastante de los más malvados.
9-. Heathcliff es un personaje contradictorio. Es malvado, pero también puede ser, en algún momento, bueno. Y su maldad se deriva de un amor enfermizo que es superior a sus fuerzas. Es quizás uno de los primeros esbozos que antihéroe en la literatura, de un malo que por momentos muy raros llega a agradar al lector.
10-. George Wickham es malvado y embustero. Es capaz de engañar para hacerse de algún dinero y vivir cómodamente, no obstante, no llega tan lejos como para asesinar para conseguir sus fines, tan sólo a casarse con quien no ama. Por eso se ha quedado con la décima posición y casi fuera de la lista de los más malvados.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Frankenstein, el más conocido

Estoy pensando leer pronto la novela  Frankenstein o el moderno Prometeo, de Mary Shelley. Es uno de los tantos clásicos que tengo pendientes y al ser de extensión mediana me parece perfecta para estas semanas llenas de trabajo. La novela contiene a un Frankenstein, Víctor Frankenstein, que es el menos conocido quizás de los tres ficticios que existen. El primero naturalmente es ése, el científico que da vida a un ser brincándose las reglas de la naturaleza. Y debería, de hecho, de ser el único.
Pero hay otros dos. El segundo es el monstruo que crea el primero. Al carecer de nombre, la cultura popular le dio el nombre de su creador. De hecho, muchos no han escuchado hablar jamás del creador ni les suena el nombre de la creadora del creador, Mary Shelley, tan sólo ubican como Frankenstein a un monstruo, sin tener una idea sólida de su origen.
Al tercer Frankenstein lo conocemos todos, gracias al cine y a las series de televisión. Es el más famoso, mucho más que los otros dos y que Mary Shelley, naturalmente. Lo conocemos como malo, como bueno, como tonto y como cómico, en la figura de Herman Munster.
Este Frankenstein es un gigantón de cabeza cuadrada y de color pálido, con unos característicos tornillos en el cuello que servirán, supongo, para mantener la cabeza bien unida al resto del cuerpo. Es un gran icono de las festividades de noche de brujas, donde se le ve en tertulias con una momia, algún hombre lobo y Drácula.
Cuando uno es niño con este Frankenstein se conforma, para asustarse o para reírse. Pero ya más avanzada la edad se antoja adentrarse en los orígenes, entra la curiosidad por saber si esos tornillos en el cuello los describió Mary Shelley o se los debemos a la industria del cine. Yo espero descubrirlo pronto.