Beorn es un personaje de relativa importancia en la novela
El hobbit, de J. R. R. Tolkien. Es un
gigante con terrible fama que se atraviesa en el camino de Bilbo Bolsón, Gandalf y los
enanos, cuando van a enfrentar a Smaug, y les presta una crucial ayuda.
Vive totalmente solo, no le agrada la compañía, entre el Bosque
Negro y las Montañas Nubladas. Tiene apariencia de ogro, aparte de su
considerable estatura, que supera por mucho a la de Gandalf, el más alto del grupo,
usa una barba espesa y su semblante siempre es de pocos amigos.
Aunando a la gran fuerza que le da su estatura, también puede transformarse en oso, lo que aumenta su peligrosidad. Cuando la comitiva de
Bilbo se halla en graves problemas, tras sobrevivir de milagro de los lobos
gigantes, Gandalf recuerda que están cerca de los dominios de Beorn, pero duda
en ir a visitarlo porque sabe que al gigante no le agradan las visitas.
Primero se presentan ante él Gandalf y Bilbo, para no
despertar su desconfianza. Gandalf le empieza a contar su historia, y cuando ha
logrado atraer totalmente su atención, hace que los enanos vayan apareciendo
uno a uno. De esta manera Beorn no se muestra muy disgustado cuando descubre el
verdadero número de los integrantes de la comitiva.
Beorn es también un fiero enemigo de los trasgos. Cuando alguno
cae en sus manos no duda en despedazarlo, literalmente. Y aunque da asilo a la
comitiva de Bilbo en su casa, jamás deja de desconfiar de ellos, incluso cuando
se van los vigila por horas para asegurase de que le regresen unos ponys que
les ha prestado, y sólo Gandalf y Bilbo comprenden que de no hacerlo se ganarían
a un peligroso enemigo.
Más adelante, después de la muerte de Smaug, durante la Batalla de los Cinco Ejércitos,
Beorn vuelve a aparecer para combatir al lado de los elfos y los enanos, contra sus odiados enemigos, los trasgos. Su participación es sobresaliente debido a que
ataca por sorpresa convertido en oso y logra inclinar la balanza hacia sus
aliados.
Cuando Bilbo regresa a su hogar, pasa en compañía de
Gandalf una temporada en la casa de Beorn, quizás para entonces la desconfianza
de éste se ha disipado por completo.
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