Van Helsing es el personaje
más importante de la novela Drácula, porque
sus conocimientos y su inteligencia son los que llevan al equipo que él forma a
representar un serio peligro para el vampiro, siendo desde que aparece el
enemigo por antonomasia de éste.
El personaje nos es
presentado como un holandés ya viejo que seguramente pasa de los sesenta años.
Como él mismo revela, es viudo y tuvo un hijo que murió no se sabe en qué etapa
de su vida. Es un verdadero almacén de conocimientos, tiene varios doctorados
que lo hacen experto no sólo en medicina y psicología, sino también en
derecho, filosofía y literatura, además de que domina bastantes idiomas.
Aunque es un hombre de letras
y ya está envejecido, tiene una sorprendente fuerza que llega a exhibir en muy
pocas ocasiones. Su resistencia al agotamiento también es envidiable, como
demuestra llegando a pasar varias noches sin dormir y aun así dando pruebas de
su inteligencia haciendo profundas reflexiones.
Aparece en la novela cuando de ésta ya se han
recorrido algunos capítulos, al ser llamado a Londres por su amigo y antiguo
discípulo John Seward. Seward tiene serios problemas con la salud de su amiga
Lucy Westenra, quien también es la mujer a la que ama. En este momento de la
novela, nadie sospecha lo que le ocurre a Lucy. Van Helsing sólo es llamado
porque es un experto en enfermedades raras.
Una vez que examina a la
paciente, el holandés da muestras de haber descubierto algo muy extraño sobre
su padecimiento, pero no lo dice a nadie. En realidad ignora exactamente qué
ocurre, por ello hace varias investigaciones que le revelan algunas pistas
sobre la existencia del conde Drácula, y también algunas de sus debilidades, como su temor a los ajos, los mismos que
usa para rodear a Lucy y mantenerla protegida.
Cuando Lucy muere y reaparece
convertida en una vampiresa, Van Helsing cree llegado el momento de revelarles
la verdad a todos los involucrados. Y cuando lo hace, requiere de un gran
esfuerzo y enormes explicaciones para que le crean. Pero de allí en adelante
todo le resulta de alguna forma más sencillo, porque aquellos que están con él
le creen y colaboran en todo lo que les indica para poder atrapar al vampiro,
misión que consiguen gracias a la inteligencia de Van Helsing, quien logra poco
a poco ir descubriendo todos sus secretos.
Hay algunas cosas de Van
Helsing que no me han gustado en absoluto. Cierto que es un gran personaje, que
resulta enormemente interesante cuando aparece y demuestra su gran
inteligencia, pero con el paso de las páginas ya no logra mantener al lector
igual de interesado.
Creo que el gran error de Bram Stoker con Van Helsing fue no poner al personaje en algunos pasajes a la altura
de su inteligencia. Por ejemplo, cuando muere Lucy Westenra, Van Helsing dice
haber tenido posibilidades de salvarla, pero que éstas se extinguieron al no
saber el paradero de Drácula. Por sus discursos uno como lector piensa que ya
tiene bien medido al vampiro, que sigue sus pasos y que no puede hacer muchas
cosas sin que él se entere. Pero no es así.
Cuando le está explicando a
los miembros de su equipo algunos datos biográficos sobre Drácula, un
murciélago ronda en la ventana de la habitación de manera por demás sospechosa,
incluso Quincey Morris le dispara, pero Van Helsing ni en ese momento ni
después da alguna señal de haber sospechado algo del extraño bicho.
Después, cuando se supone que
tras haber presenciado la muerte de Lucy el holandés ya está totalmente
prevenido contra los ataques del vampiro, éste empieza a hacer su víctima a
Mina Harker, sin que el muy inteligente Van Helsing tenga la menor sospecha, a
pesar de que vive con ella.
Y otro aspecto contra Van Helsing son sus largos y aburridos discursos que extrañamente no duermen a los demás personajes de la novela, a quienes tortura suministrándoselos cada día, pero que son para el lector excelentes somníferos.
Y otro aspecto contra Van Helsing son sus largos y aburridos discursos que extrañamente no duermen a los demás personajes de la novela, a quienes tortura suministrándoselos cada día, pero que son para el lector excelentes somníferos.
No estoy de acuerdo. Van Helsing, con todo y su erudición, no deja de ser humano, de hecho la novela muestra cómo el mismo viejo médico a penas va descubriendo el operar de los vampiros y aún así, actúa con presteza y determinación. Creo que es un personaje autobiográfico por el nombre de pila y por la cuestión de que el mismo Stocker se ocupó de diversas ciencias en su haber; muestra de ello es la soltura con la que argumenta en esta novela desde diferentes disciplinas: medicina, psicología, religión, derecho...
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo. Me parece un personaje extraordinario como pocos. Precisamente que no sea infalible ni perfecto lo hace más interesante pues, de otro modo, resultaría pedante y predecible.
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