He decidido
hacer esta estrada sobre una especie de confrontación entre dos de las últimas
novelas que he leído. ¿Por qué? Pues porque ambas están llenas de frases
sencillamente extraordinarias, de esas que uno memoriza y se quedan en la mente
para toda la vida.

El príncipe de la soledad, de Adam
J. Oderoll, es una novela relativamente novedosa de la que se habla mucho y muy
bien en la blogsfera. Me imagino que en parte porque el autor la ha puesto
gratis en su blog. Una novela gratis y magnifica no se halla muy seguido. Algunas
frases que he encontrado en esta exquisita obra son sencillamente extraordinarias.
Y las cito también de memoria: La lealtad
sin eficiencia no sirve de nada; el
honor sólo se lleva con elegancia mientras la vida no está en peligro; el verdadero objetivo de la maldad es
arrancarles la felicidad a quienes la poseen; es raro que muchos quieran morir
en el anonimato sólo para ser parte de la grandeza de otro; nadie
puede elegir cuándo dar muestras de valor, la oportunidad llega cuando uno
menos la espera.
La razón por la cual comparo estás dos novelas llenas de frases impagables es porque en El retrato de Dorian Gray todas esas frases están orientadas a defender de alguna manera la inmoralidad, mientras que las frases de El príncipe de la soledad son pronunciadas por varios personajes cuando hablan en defensa del valor, el honor y el heroísmo como virtudes. Dicho de otra forma, confrontar estás dos novelas es algo así como enfrentar al bien contra el mal, pero con frases exquisitas que muy difícilmente pueden ser halladas en otras novelas.
La razón por la cual comparo estás dos novelas llenas de frases impagables es porque en El retrato de Dorian Gray todas esas frases están orientadas a defender de alguna manera la inmoralidad, mientras que las frases de El príncipe de la soledad son pronunciadas por varios personajes cuando hablan en defensa del valor, el honor y el heroísmo como virtudes. Dicho de otra forma, confrontar estás dos novelas es algo así como enfrentar al bien contra el mal, pero con frases exquisitas que muy difícilmente pueden ser halladas en otras novelas.