Dorian Gray, el protagonista de la novela que
lleva el nombre de su retrato, es un joven inglés de clara alta, mas no aristócrata.
Su madre se enamoró de un hombre sin fortuna, probablemente griego o de ascendencia
griega, y se fugó con él en contra de los deseos de su padre, un Lord que seguramente quería para su hija
a un noble.
El Lord no aceptó que su hija fuera la esposa
de un don nadie y contrató a un aventurero para que le hiciera una ofensa a su yerno que
debería terminar en duelo. El padre de Dorian Gray murió a manos de ese
aventurero y su madre poco después, al nacer él. Su abuelo no lo quiso nunca,
pero lo toleró y al morir sin tener más herederos le dejó a Dorian su fortuna.
Convertido en un joven extraordinariamente hermoso
de veinte años, Dorian, al no tener nada que hacer ni necesidad de trabajar, se
dedica a las causas filantrópicas. Tiene, o cree tener, un corazón noble. Un día
en una fiesta conoce al pintor Basil Hallward y pronto se hacen muy buenos amigos. Tiempo después
empieza a posar para Basil, quien decide hacerle un retrato de tamaño natural,
el retrato de Dorian Gray.
En casa de Basil, Dorian conoce a Lord Henry
Wotton (Harry, para sus amigos), y éste lo convence en pocos minutos de que
nada tiene que valga más que su juventud y su belleza. Harry se convierte en la única
y total influencia para Dorian. Lo remata prestándole una novela donde el
protagonista no ahorra recursos con tal de satisfacer sus deseos de placeres.
Totalmente transformado gracias a Harry, Dorian
le rompe el corazón en un exceso de narcisismo y egoísmo a una joven actriz
llamada Sibyl Vane, quien termina suicidándose como consecuencia del dolor que
Dorian con su crueldad le ha provocado. Inmediatamente Dorian descubre que esa
crueldad antes inexistente en él no se ha reflejado en su rostro, pero sí en su
retrato. Pronto entiende lo que está ocurriendo, su deseo de no perder jamás su
juventud y de que sea su retrato quien envejezca se ha cumplido. En adelante el
efecto devastador de sus pecados no tendrá repercusión alguna en su belleza, sino
que irán a caer sobre el retrato, como si éste fuera un reflejo de su alma.
Sabiendo que no va a perder su juventud, Dorian
se somete a una rutina en busca de placeres, sin importarle cuántas vidas
termine destruyendo en el camino. Y de hecho destruye muchas, pero no le
importan en lo más mínimo, ya que mientras todos se degradan moral y físicamente,
él permanece inmutable.
Pasan dieciocho años y Dorian continua sin
manifestar el menor cambio en su apariencia física. Ha hecho grandes amigos que
después lo han abandonado por su inmoralidad, ha conquistado mujeres y
destruido su reputación, se ha convertido en un ser inmoral señalado por todos,
pero físicamente sigue pareciendo un angelical adolescente incapaz de la
menor travesura.
La rutina termina por aburrir a Dorian. Cuando ya lo ha probado todo decide experimentar con un nuevo estilo de vida: volverse bueno. Pero aunque lo intenta no lo consigue, su maldad es tanta que le resulta imposible erradicarla de su ser. Y cuando lo descubre se enfurece y decide vengarse con su retrato, pero eso es un terrible error, porque su retrato contiene su alma…
La rutina termina por aburrir a Dorian. Cuando ya lo ha probado todo decide experimentar con un nuevo estilo de vida: volverse bueno. Pero aunque lo intenta no lo consigue, su maldad es tanta que le resulta imposible erradicarla de su ser. Y cuando lo descubre se enfurece y decide vengarse con su retrato, pero eso es un terrible error, porque su retrato contiene su alma…
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