En la novela Cien años de soledad, de García Márquez,
José Arcadio es el hijo primogénito de Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía. Tiene
un carácter muy diferente al de su hermano Aureliano, aunque es igual de
extravagante y muestra el mismo desinterés por cosas de importancia.
El personaje es descrito como
corpulento y alto, con un sexo descomunal que le herederá, varias generaciones
después, a su descendiente directo Aureliano Babilonia. Es el primer Buendía que embaraza a Pilar Tercera, y el hijo de ambos resulta ser el continuador de la dinastía
en Macondo.
Muy joven se escapa con una
gitana y regresa muchos años después, más alto y corpulento y con un fantasioso
historial de marinero. Su llegada fractura a la familia Buendía, ya que se casa
sin el consentimiento familiar con su hermana adoptiva, Rebeca.
Alejado de la familia, se
transforma en una especie de cacique en Macondo al usurpar tierras que no le
pertenecen en contubernio con su hijo, el mismo al que abandonó muchos años atrás
y con quien no lo une ningún sentimiento afectivo, pero sí una maligna
complicidad. Su corpulencia, su carácter violento y su escopeta hacen que a los
dueños auténticos de las tierras que roba les den pocas ganas de reclamarlas.
Un día llega un hilo de
sangre que ha corrido por todo Macondo hasta la casa de los Buendía, y Úrsula,
su madre, comprende inmediatamente que lo han matado. Su muerte es un misterio
durante toda la novela. Nunca se dice realmente quién lo mató, pero la reclusión
a la que se somete su esposa Rebeca sugiere que quizás fue ella.
El olor de la pólvora del
disparó que lo mató se impregna en su cuerpo y una vez sepultado sale de su
tumba, hasta que muchos años después ésta es cubierta con una enorme plancha de
concreto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario