Mucha gente
se pregunta a veces qué debe de tener una novela para que se adentre tanto y de
manera tan contundente en el gusto del público. Y la verdad es que comúnmente ni
el escritor, ni el editor, ni nadie se explican cómo es que una novela alcanza
tan desmedido éxito o se precipita de manera tan irremediable hacia el fracaso.
Dicen por ahí
que lo más común es que ni siquiera un escritor pueda tener un control sobre el
éxito de su obra, y debe de ser cierto a menos que se trate de un libro que
destape secretos que todo el mundo busca saber. Porque en el tema de las
novelas, de cualquier género, lo más normal es apostar a ciegas y canalizar el éxito
inicial para conseguir otro poco más adelante.
Mas, como
lector, es posible tener una noción de qué ha de tener una novela si no para
que sea un descomunal éxito sí para que le guste a uno. Y para ello haré un
pequeño ejercicio valiéndome de las novelas que he mencionado en el blog cuando
escribo las biografías de sus personajes.
Cumbres borrascosas.
He conocido personas que acostumbran leer esta obra maestra cada cierto período
de tiempo, lo que ya habla de la adicción que ocasiona. La novela muestra
personajes terriblemente apasionados que desnudan su alma y la parte más oscura
de su ser cada que tienen oportunidad. Eso, creo, es una buena razón para que
guste tanto, ya que no es para nada una historia dentro de lo común, es, al
contrario, una novela que duele y que duele mucho, de principio a fin.
El retrato de Dorian Gray. Esta obra maestra tiene la
peculiaridad de ser una descarada crítica a un sistema social. No es siquiera
muy atrevida, pero lo sugiere casi todo, todo lo inmoral. Además de que el
argumento, en su momento, fue una acertada originalidad que sigue causando un
gran impacto en los lectores.
El príncipe de la soledad. Mucho ayuda en una novela tener un
personaje extraordinariamente concebido, como es el caso de Albram Dorogant. El
joven juez es un torbellino de misterios que no acaban nunca. Y aunado a eso,
la historia es muy original, estructurada en torno a un argumento que no
flaquea por ninguna parte, lo cual ya es un acierto del autor, porque muchos suelen dejar terribles agujeros argumentales.
Orgullo y prejuicio. Aquí también influye mucho un personaje bien
trazado. Fitzwilliam Darcy es una verdadera joya dentro de la
literatura. Su original personalidad es sencillamente el complemento ideal para
una bien ideada historia de amor.
Robinson Crusoe. Esta novela es una de
las más significativas obras maestras de la literatura. ¿El secreto de tanto éxito?
Un hombre que prisionero en la soledad se ve obligado a explorar su alma
mientras a la vez explora la isla que le sirve de prisión.
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