miércoles, 21 de noviembre de 2012

El retrato de Dorian Gray vs El príncipe de la soledad


He decidido hacer esta estrada sobre una especie de confrontación entre dos de las últimas novelas que he leído. ¿Por qué? Pues porque ambas están llenas de frases sencillamente extraordinarias, de esas que uno memoriza y se quedan en la mente para toda la vida.
Las frases de El retrato de Dorian Gray han trascendido enormemente e incluso las saben muchos que no tienen la menor idea de que forman parte de esa legendaria novela. Las más conocidas las cito de memoria: La mejor manera de librarse de una tentación es caer en ella; un hombre puede ser feliz con cualquier mujer mientras que no la ame; sólo hay una cosa en este mundo peor que el que hablen de uno, y es que no hablen; la naturalidad no es más que una pose, y la más irritante que conozco. Todas son pronunciadas por Lord Henry Wotton, el corruptor de Dorian Gray y me imagino que álter ego de Oscar Wilde.
El príncipe de la soledad, de Adam J. Oderoll, es una novela relativamente novedosa de la que se habla mucho y muy bien en la blogsfera. Me imagino que en parte porque el autor la ha puesto gratis en su blog. Una novela gratis y magnifica no se halla muy seguido. Algunas frases que he encontrado en esta exquisita obra son sencillamente extraordinarias. Y las cito también de memoria: La lealtad sin eficiencia no sirve de nada; el honor sólo se lleva con elegancia mientras la vida no está en peligro; el verdadero objetivo de la maldad es arrancarles la felicidad a quienes la poseen; es raro que muchos quieran morir en el anonimato sólo para ser parte de la grandeza de otro;  nadie puede elegir cuándo dar muestras de valor, la oportunidad llega cuando uno menos la espera.
La razón por la cual comparo estás dos novelas llenas de frases impagables es porque en El retrato de Dorian Gray todas esas frases están orientadas a defender de alguna manera la inmoralidad, mientras que las frases de El príncipe de la soledad son pronunciadas por varios personajes cuando hablan en defensa del valor, el honor y el heroísmo como virtudes. Dicho de otra forma, confrontar estás dos novelas es algo así como enfrentar al bien contra el mal, pero con frases exquisitas que muy difícilmente pueden ser halladas en otras novelas.

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