martes, 15 de octubre de 2013

Novelas para Navidad e invierno

Se acercan los tiempos fríos, al menos para una parte del mundo, tiempos en que es más apetecible quedarse por las tardes en casa y dedicar las horas a un pasatiempo casero. Hace siglos no había mucho qué hacer aparte de un juego en familia o leer un libro. Pero hoy en día el Internet y la televisión ofrecen infinidad de actividades, tantas que eso de tomar un libro ya viene siendo anacronismo.
Cierto que con el frío dan más ganas de leer. No por nada, los países donde las bajas temperaturas son cosa seria son los más cultos del mundo, logro que a muchos les reditúa progreso y a otros pocos, por a veces inexplicables razones, miseria.
No en todas las épocas del año se antojan los mismos libros. Las épocas frías, para quien lee y disfruta de un hogar caliente y una taza de té o café, de acuerdo al gusto, suelen ser apetecibles novelas que retratan los otros fríos, los fríos del alma, aquellos que son consecuencia de la soledad, de la tristeza, del desamor y del fracaso, dentro de historias narradas en lugares fríos. La razón no es bien sabida, pero es  cierto que en Navidad mucha gente se deprime, quizás porque ve acercarse el final de un año en el que los propósitos planeados no llegaron a consolidarse.
Los fríos también despiertan el apetito por las novelas policíacas. Es agradable, desde la comodidad del hogar, seguir la pista de un detective que sigue la pista de un asesino entre calles frías y húmedas, detective al que muchas veces no espera nadie al volver a casa, razón por la cual prefiere ir en busca de rufianes que le garantizarán antes de las últimas páginas alguna que otra golpiza, una bala en el hombro o una herida con arma blanca. Cerrado el caso, el detective vuelve a su pequeño y frío departamento a preparar café, y mientras ve por la ventana merodear a un gato en la azotea vecina, recuerda que es nada menos que Navidad.
La fantasía también suele ser agradable en estas épocas. Los personajes fantásticos, cubiertos de una piel más resistente que la de los humanos, suelen soportar fríos muy intensos, mientras que con espada y hechizos luchan por devolver al mal a sus fronteras, ya que saben que derrotarlo definitivamente es imposible.
Existen algunos clásicos ideales para ser leídos en Navidad. Cumbres Borrascosas, una tormentosa historia de amor en un escenario lleno de frío, es ideal para los tiempos que vienen. Otro gran libro, ideal para el mismo propósito, son Los miserables, aunque es tan voluminoso que si alguien lo empieza en diciembre corre el riesgo de terminarlo en junio. Los grandes clásicos rusos, el país frío por antonomasia, son más que recomendables para la época, desde obras breves como El capote hasta novelotas como Guerra y paz y la mediana Almas muertas, que pudo ser más de lo que es y que, aun así, es una de las obras más maravillosas de la literatura universal.

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