lunes, 23 de julio de 2012

Jean Baptiste Grenouille, de El perfume


Con Jean Baptiste Grenouille estamos frente a uno de los psicópatas mejor logrados de la literatura de los últimos años, pero no por eso la novela que protagoniza tiene que ser brillante. El perfume,  novela mundialmente conocida por su originalidad y la prosa ágil de su autor, decepciona de la mitad para adelante, donde se pierde la maestría con que Patrick Süskind seduce en las primeras páginas.
Pero aquí no voy a criticar la novela, sino a su protagonista, un personaje extraordinario que merece ser estudiado. Genouille nace en 1737, en un París maloliente y de una madre a la que le huele más el alma que el cuerpo de lo podrida que la tiene. Tras fracasar en el intento de asesinar a su pequeño bastardo, es arrestada y ejecutada, dejándolo en la orfandad.
Grenouille es despreciado desde entonces porque come demasiado y es un niño raro, que no huele a nada y que provoca hostilidad a todo aquél que lo ve. Para su fortuna termina en la pensión para huérfanos de Madame Gaillard, una mujer que perdió el olfato y que gracias a eso lo desprecia igual que a sus otros huéspedes, por lo tanto no hace diferencia alguna al repartir la poca comida y la mucha carga de trabajo.
Pero Madame Gaillard no hace obras de caridad y cuando deja de llegar el dinero que cubre los gastos de su especial huérfano se deshace de él vendiéndolo a un curtidor de pieles. Para entonces Grenouille, que ya tiene ocho años, es un depredador en pleno desarrollo. Él no percibe el mundo como el resto de los humanos, con imágenes que entran por los ojos o los oídos, sino con las que entran por la nariz. De hecho ni siquiera puede hablar correctamente porque no hay palabras para describir todo lo que puede oler, que es lo único que le interesa.
Criado con absoluta ausencia de amor, Grenouille se desarrolla carente de cualquier sentimiento afectivo, completamente egoísta y manipulador, dueño de una maldad que jamás lo incomoda ni le causa remordimiento alguno. En plena adolescencia comete su primer asesinato, lo que para él es un simple experimento y el principio de lo que espera lograr en el futuro.
Gracias a su poder para la manipulación, aun con su cortedad de palabras, Grenouille logra ser aceptado como aprendiz  por el más famoso y fracasado perfumista de París, Giuspepe Baldini. Baldini no es un perfumista en realidad, sino un mentiroso que se roba las formulas. Su aprendiz tiene el mejor olfato que jamás un humano haya tenido, así que forman la pareja perfecta, uno desea dinero y producir perfumes innovadores, el otro adquirir algunos pequeños trucos y un certificado de aprendiz.
Después de aprender todo lo que podía del viejo Baldino, Grenouille abandona París y se exilia en unas montañas inhóspitas donde apenas puede sobrevivir. Aquí hago un paréntesis para señalar que es la parte donde la novela se vuelve bastante mala. Sospecho que a Süskind se le terminaron las ideas y no le volvieron mientras la terminó de escribir.
Después de pasar años como un ermitaño en las montañas, Grenouille reaparece en el mundo civilizado para servir como conejillo de indias de un extraño marqués que se siente científico y que está más loco que una cabra.  Esta parte de la novela, me atrevo a decirlo, casi no tiene fundamento.
La siguiente parada del aprendiz de perfumista y de asesino es en la ciudad de Grasse, donde inicia una ola de asesinatos de mujeres que aterroriza primero a la ciudad y después al país. Por el modus operandi a nadie le cabe la menor duda de que se trata de mismo asesino, pero son tan extrañas las circunstancias que nadie puede adivinar qué pretende esa mente tan enferma.


Cuando empecé a leer El perfume me pareció que era una novela extraordinaria. El autor escribe bastante bien y el argumento destilaba originalidad y prometía mucho. Pero en la parte que ya mencioné la novela dejó de gustarme porque sencillamente se volvió mala.
Lo peor de todo es que cuando la novela empezó a perder calidad, arrastró a Grenouille con ella. El final de la novela, que es el de su protagonista, no merece la pena, es demasiado malo, y por supuesto que no está a la altura de un personaje tan extraordinariamente trazado.

4 comentarios:

  1. Este comentario es vago, malo, e incompleto. Grenouille nace en 1738 y desde el nacimiento ya cuenta con la capacidad de manipular. El grito que dio al nacer, lo uso como medio para condenar a su madre. Grenouille es u sobreviviente con la habilidad de ser conformista. Es capaz de adaptarse ante cualquier situación para lograr lo que desea.
    Al llegar con Baldini lo manipula al obligar a su cuerpo a enfermarse para que Baldini se de cuenta de lo que vale y así adquirir su certificado como perfumista para ser un ciudadano libre y salir de Paris debido a que no aguanta los malos olores.

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  2. Querido Manuel Correa se nota que o bien no has comprendido el libro, o simplemente has visto la película. El personaje no es un psicópata, ni mucho menos, es una voz reflexiva analizando la hipocresía y egoísmo del mundo a través de un acontecimiento histórico donde se analizaban y revisaban dichos valores: la ilustración francesa. La parte en donde dices que no se entiende, donde dejó de gustarte la novela, corresponde a los 7 años de guerra de sucesión, no podía de ser de otro modo que se ocultara, ya que, el personaje, no debe tomar partido por ningún bando, aprovechando así a descontaminarse de la sociedad y expresando diferentes corrientes filosóficas de la época (la mayoría de ellas temiendo al ser humano, además de rechazo -como bien desprende el personaje con sus pensamientos-).
    Al regresar, ya no adopta una posición contemplativa y dejándose despreciar por el resto de los seres humanos, no. Ahora quiere ser aceptado y cambiar las cosas: abolir la dictadura de Luis XV.
    Sumado a estos conceptos, podemos ver como emplea la mitología para explicar miles de conceptos psicológicos y patrónicos -señales mitológicas no apreciables a quienes no conocen los epítetos de los dioses del Olimpo, en donde estos dioses representaban valores humanos y divinos.
    El final representa el final de los dioses, el ateísmo, donde Jean Bautiste es devorado como Baco en sus vacanales, porque es el personaje que lleva representando durante toda la novela. Te invito a revisar un poco la historia, la filosofía y la mitología y vuelvas a leer la novela para que puedas apreciarla y entenderla en todo su esplendor, puesto que está muy bien escrita, con un paradigma digno de analizar.

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  3. Definitivamente este post no le hace justicia a tan emblemática obra literaria. Y si, concuerdo se puede juzgar que solo te viste la película. Aunque esta obra cinemática es tremenda joya...

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  4. La opinión de Manuel Correa es tan válida como las otras, coincido con él en en que el pasaje de ermitaño de Grenouille es un poco tedioso, sin embargo la novela en su conjunto me pareció atrapante, es una novela digna de ser estudiada, pues el personaje protagónico es verdaderamente sorprendente e inimaginable...

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