Dentro de El
conde de Montecristo son tres los personajes que desencadenan la desgracia
de Edmundo Dantés y que, por consecuencia, provocan la extraordinaria historia
que se descubre en las páginas de la novela. Sin embargo, estos tres no son
cómplices, sólo dos, el tercero, Gérard de Villefort, trabaja por su cuenta y
sin conocer el complot de los otros.
Los primeros en decidir la desgracia de Dantés
son Danglars, en un principio marinero de condición modesta y después un barón
y banquero muy rico, y Fernando Mondego, al que toca biografiar hoy. Fernando
es un humilde pescador, pero de carácter muy violento. Es de ascendencia
española, y otros personajes llegan atribuir su devastador temperamento
precisamente a su origen español. Sea pues.
Fernando siente una pasión enfermiza por su
prima, Mercedes, una joven que lo quiere, pero como lo que son, primos, y no le
da nunca esperanzas de corresponderle. Por ello Fernando odia profundamente a
Edmundo Dantés, el prometido de Mercedes, y junto con Danglars decide escribir
una en la que acusan a Dantés de ser nada menos que un peligroso bonapartista
que planea la reinstalación en el trono de Francia de Napoleón.
Dantés es apresado el día de su boda con Mercedes
y enviado a la prisión del Castillo de If. Fernando se hace militar y su
economía mejora. Se casa con Mercedes, quien cree que Edmundo ha muerto y ya no
espera felicidad en la vida. Fernando, tiempo después, entra el servicio del
virrey griego Alí Pashá, un subordinado del imperio turco. Fernando lo
traiciona y logra acumular una gran fortuna al grado de poder entrar a los
salones de París como el prestigiado conde de Morcef. Tiene un hijo con
Mercedes, Alberto, y vive cómoda y pacíficamente hasta que llega a París el
todopoderoso conde de Montecristo.
Se ve obligado a estrecharle la mano al extraño
extranjero porque le ha salvado la vida a su hijo de manos de un peligroso
bandido en Roma, Luigi Vampa. Sin embargo, por un sentimiento que Fernando no puede
explicarse, siente un profundo odio hacia Montecristo desde el primer momento
en que lo ve.
Poco después su vida empieza a cambiar para
mal. Se descubre su traición a Alí Pashá y su reputación se arruina. Cuando su
hijo se entera de que Montecristo algo tuvo que ver, lo reta a duelo y Fernando
espera que Alberto le salve el honor, pero una revelación de Mercedes, quien le
dice a su hijo toda la verdad, hace que Alberto suspenda el duelo y le pida
disculpas al conde.
Sintiéndose traicionado por su propio hijo,
Fernando va en busca de Montecristo y ambos deciden batirse en un duelo
precipitadamente y sin padrinos. Pero antes Montecristo le revela quién es en
realidad, le dice que es Edmundo Dantés. Fernando, trastornado por la
impresión, ya no presta atención al pactado duelo, huye a su casa y toma una
fatal decisión.
Fernando Mondego es uno de los personajes de El conde de Montecristo que más se hacen
odiar. Su enfermizo odio hacia Edmundo Dantés por el simple hecho de que ha
conquistado noblemente a la mujer que él ama lo hace actuar de forma
irracional, cruel y cobarde.
Algunos lectores de la novela me han dicho que esperaban que sí se realizara el duelo y que Dantés lo matara. Lamentablemente Alejandro Dumas tuvo otros planes. Pero los cineastas, en este caso, sí han obedecido el deseo de los lectores. En el último bodrio basado en la novela, protagonizado por el mundialmente famoso James Caviezel, el duelo se realiza. Lamentablemente eso no salva ni siquiera un poco a tan pésima película.
Algunos lectores de la novela me han dicho que esperaban que sí se realizara el duelo y que Dantés lo matara. Lamentablemente Alejandro Dumas tuvo otros planes. Pero los cineastas, en este caso, sí han obedecido el deseo de los lectores. En el último bodrio basado en la novela, protagonizado por el mundialmente famoso James Caviezel, el duelo se realiza. Lamentablemente eso no salva ni siquiera un poco a tan pésima película.
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