En Nuestra Señora de París, la segunda obra
más famosa de Victor Hugo, después de Los
Miserables, Pedro Gringoire es un filósofo flacucho, distraído, algo gris y
mediocre que pese a ello tiene un revelante papel en la historia.
Al principio
de la novela Gringoire está a punto de empezar a brillar con luz propia, ha
escrito un drama que será representado en un importante evento en París, pero
el griterío del vulgo, más afín a los desmanes que al arte, lo echa todo a
perder y el escritor, sin un centavo encina ni un techo dónde pasar la noche,
se pone a vagabundear por ese París medieval.
En su caminata
conoce a la deslumbrante y hermosa gitana Esmeralda, quien gracias a sus
tentadores bailes consigue con que llevarse el pan a la boca. Allí, donde los
calenturientos parisienses se ponen a admirar a la hermosa gitana, Gringoire
también descubre a su antiguo maestro y por quien siente un gran respeto: el sacerdote Claudio Frollo.
Sin nada más
que hacer en la miserable noche, Gringoire se pone a seguir a la gitana, sólo
para presenciar poco después que a ésta intentan secuestrarla Quasimodo y otro
hombre misterioso. Sacando valor de su flacura, trata de defenderla, pero el
jorobado lo pone pronto fuera de combate como si le diera un manotazo a una
araña. Poco después llega el capital Febo con su caballería, quien sí puede
someter a Quasimodo, provocando que la gitana lo vea como a un héroe y se enamore
de él.
Gringoire continúa
con su caminata nocturna, pero sus descuidos lo llevan a la famosa Corte de los
Milagros, un nido de mal vivientes a los que pertenece la gitana que en cuanto
lo ven deciden burlarse de él primero y después ahorcarlo. Gracias a que
Esmeralda le guarda un poco de agradecimiento por haber tratado sin éxito de
salvarla, decide hacer lo mismo por él de la única forma posible: desposándolo.
Como esposo de la gitana Gringoire pasa a ser un miembro más de los hampones que causan terror en la Corte de los Milagros.
Al principio
piensa que podrá hacer con la hermosa morena lo habitual en cualquier pareja,
pero ésta le deja claro que nunca habrá nada entre ellos y que sólo se casó con
él para evitar que lo ahorcaran. Gringoire no se inmuta por mucho tiempo. Es a
fin de cuentas un filósofo y eso lo hace ir de una atracción a otra, así que su
mente pasa del cuerpo de la gitana a la arquitectura, a la poesía o a la
pintura muy rápidamente.
Cuando Esmeralda
es apresada por supuestamente haber tratado de matar al capitán Febo, Gringoire
trata de salvar a su esposa. Por sus posibilidades y capacidades son muy pocas.
Pero como ignora las verdaderas intenciones de su maestro Claudio Frollo, es fácilmente
manipulado por éste con la intención de llevarse a la gitana de la iglesia de
Nuestra Señora antes de que las autoridades vayan por ella para ahorcarla.
Gringoire se
une a los hampones que sitian la iglesia con la intención de saquear sus
riquezas y luego, si se puede, salvar a Esmeralda. Eso al filósofo lo lleva a
la presencia del mismísimo rey Luis XI, y, fiel a su costumbre de impedir que
lo ahorquen en el último instante, también gracias a su palabrerío se salva de
la cólera del soberano.
Después ayuda
a Frollo a sacar a la gitana de Nuestra Señora, pero fiel también a su
costumbre de quitar relevancia a lo importante se concentra en salvar únicamente
a la cabrita que sirve de mascota a Esmeralda y deja a su “esposa” en manos del
villano sin sospechar lo que éste se propone. Es la última vez que se le puede ver
en la historia, aunque según apunta Hugo continuó su vida de intelectual distraído, pero no con toda la suerte que hubiera deseado para sí.
al final se menciona que le llegan a dar un pago mensual
ResponderEliminarsencia del mismísimo rey Luis XI, y, fiel a su costumbre de impedir que lo ahorquen en el último instante, también gracias a su palabrerío se salva de la cólera del soberano. la-voz.net/periodo-litico/
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