Bezu Fache es un personaje que dentro de El código Da Vinci despierta mucho el interés.
Es descrito como un gigante fortachón, malencarado y estricto con sus
subordinados, quienes le apodan el toro.
De su familia e intereses no se sabe nada, sólo su oficio. Es el capitán de la
policía judicial en París y se encarga de la investigación por el crimen del
conservador del Louvre, Jacques Saunière. Debido al mensaje que escribió Saunière
antes de morir, “P. S., busca a Robert Langdon”, Fache cree que el profesor
yanqui es el asesino y le prepara un teatro en el Louvre junto al cadáver para
hacer que incrimine solo.
Sophie Neveu, la nieta del conservador asesinado, se
presenta en el museo con una coartada para sacar de allí a Langdon y
arrancharlo de las garras de Fache. Furioso, y ya con la certeza de que Langdon
es el asesino, el capitán da inicio a una persecución que siempre lo lleva
apenas un paso atrás de los fugitivos, aumentando su rabia cada que no les
puede poner la mano encima.
Pero horas más tarde Fache descubre la verdad: Langdon no
mató a nadie, sino que se trata de una conspiración planeada por un personaje
muy tenebroso que opera desde las sombras y que manipula a un monje fanático
para que cometa los crímenes por él. Fache, al final de libro, ayuda al arresto
de los malos, pero también se da cuenta de su gran error, el mismo que puso en
peligro su prestigio y su muy bien labrada carrera.
Cuando se anunció que Jean Reno sería quien encarnaría al
furioso policía me dio gusto. Reno es uno de mis actores favoritos y el
personaje de Fache me agradaba, pero cuando vi la película simplemente no me
gustó, me pareció que la actuación de Reno fue pobre y floja. Para nada cumplió
mis amplias expectativas. Aquí se revela un dato que en el libro no aparece,
según recuerdo, que Fache es miembro del Opus
Dei y que esa faceta suya tiene una gran repercusión mientras trata de
capturar a Langdon. Supongo que la intención fue la de enriquecer un poco el
contexto emocional del personaje. Pero de mucho no sirvió.
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