viernes, 6 de septiembre de 2013

Edward Cullen, de Crepúsculo

Edward Cullen es indudablemente el retoño más famoso de Drácula, más que Lestat de Lioncourt  y Louis de Pointe du Lac, por mucha fama que hallan conseguido estos dos. Aunque lo cierto es que Edward se aleja radicalmente del vampiro convencional y se aproxima más al héroe romántico al estilo de Fitzwilliam Darcy; ni siquiera por ser un vampiro tiene una personalidad oscura y misteriosa como la de Albram Dorogant, en realidad pareciera que su vampirismo es una característica secundaría, y quizás eso se debe a que Crepúsculo es una historia de corte romántico.
Encerrado en un cuerpo inmutable de un joven de 17 años, Edward ronda el siglo de existencia. Es un vampiro vegetariano, o ésa es su manera de decir que sólo se alimenta de sangre de animales. Nació en 1901, en Chicago, y sus padres le dieron el nombre de Edward Anthony Masen. A sus 17 perdió a su familia por una epidemia y él también estuvo a punto de morir. Pero fue rescatado por Carlisle Cullen, un ancestral vampiro filántropo que lo transforma en uno de los suyos para que pueda seguir existiendo.
Sus primeros años con Carlisle son muy tormentosos ya que le cuesta aceptar su identidad. Incluso se aleja de él y también abandona el vegetarianismo para alimentarse de criminales como una manera de librar a la sociedad de ellos. Cuando descubre que él también es un criminal, regresa con Carlisle para vivir en familia. Carlisle es un vampiro muy joven, y después de la llegada de Edward, él y su esposa van reclutando a otros jóvenes y haciéndolos pasar por sus hijos adoptivos.
Debido a que tienen que mudarse cada cierto período de tiempo para que nadie note que no envejecen, seleccionan el lluvioso y oscuro pueblo de Forks, en Washington, para vivir allí una temporada. Los hermanos Cullen van a la escuela, pero no se relacionan con los otros estudiantes. Todos son en apariencia perfectos, y Edward, de 1.85, cuerpo atlético y rostro de estatua griega, sobresale entre todos.
Su vida transcurre de manera muy normal, después de que sus compañeros asimilan su hermetismo y palidez, hasta que llega a Forks Bella Swan, una joven a la que Edward no le puede leer la mente y tiene un olor de sangre que a él le parece infinitamente delicioso. Pronto entra en el dilema de devorarla o amarla. Y allí da inicio una historia que ya se sabe todo el mundo.

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