lunes, 16 de septiembre de 2013

Ziroonderel, de La hija del rey del País de los Elfos

En la novela La hija del rey del País de los Elfos, de Lord Dunsany, Ziroonderel es una bruja, pero no se ajusta al prototipo de bruja mala, planeando desde una cloaca oscura cómo hacer y repartir equitativamente el mal. Ziroonderel es una bruja buena, incluso moralista, que ayuda a los protagonistas y les da sabios consejos.
La primera vez que aparecen en la novela, es cuando dota a Alveric de una espada poderosa con la cual pueda lleva a cabo con éxito la misión que su padre le ha encomendado: ir al País de los Elfos y volver con la hija del rey.
Ziroonderel vuelve a aparecer cuando Alveric le pide que eduque a su hijo, Orión, mitad elfo y mitad humano, y aunque la bruja quiere vivir sola y no realizar una tarea fastidiosa, acepta porque le es fiel a su señor. Así es como se convierte en la institutriz de Orión, y de alguna manera en la única que lo entiende un poco, ya que Ziroonderel, al estar dotada de magia, tiene un mayor acercamiento con los seres mágicos que cualquier otro humano.
Cuando el rey de los elfos aleja a su país para que Alveric no encuentre a su hija, Lirazel, él se dedica a buscarla por años sin el menor éxito. La única que sabe qué ha ocurrido es la propia Ziroonderel, quien le explica a Alveric que al llevar él la espada mágica que ella le dio, el rey de los elfos detecta su presencia cada que se acerca y vuelve a mover su país.
La bruja le da a Alveric la clave para poder acercarse sin que el rey se dé cuenta, y cuando Alveric le dice que acaso será castigada por el poderoso monarca, ella no le da importancia a lo que pueda ocurrir, demostrando con ello que es más grande su lealtad a Alveric que cualquier temor a un castigo del rey de los elfos.
Ziroonderel también sabe cuán grande ha sido el error de los habitantes de Erl al desear ser gobernados por un señor dotado de magia. Cuando ésta se hace presente en todas sus formas y ya no los deja en paz, el propio parlamento de Erl va a buscarla para que dé una solución, a sabiendas de lo poderosa que es, pero la bruja les reprocha haber deseado a un señor mágico, y les asegura que aún faltan muchas cosas por verse, ya que han mezclado de forma negligente a los seres mágicos con la tierra, y eso tendrá consecuencias.
Al terminar la novela, Ziroonderel resulta una bruja atractiva porque en todo se parece a sus iguales, menos en algo: es, como todas, solitaria, misteriosa y el límite de sus poderes es desconocido, pero es una bruja buena, incluso el mayor referente moral dentro de la historia.

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