miércoles, 11 de septiembre de 2013

George Wickham, de Orgullo y prejuicio

George Wickham es el encantador villano de Orgullo y prejuicio. Es un personaje que circula con capa de cordero mientras va regando las mordidas del lobo por doquier. Cuando aparece en escena, ante Elizabeth Bennet, se describe como una víctima del malvado aristócrata Fitzwilliam Darcy. Sus habilidades de manipulador las demuestra plenamente al convencer con facilidad a Elizabeth de que Darcy es un villano de lo peor.
Wickham inventa que el padre de Darcy, su protector, le había legado una rectoría eclesiástica, con la que habría podido vivir sin complicaciones, pero que al morir su padre, Fitzwilliam Darcy, al hallarlo antipático, se negó a concedérsela y lo condenó a la miseria,  de la que lucha por salir enrolado en el ejército.
Con esa historia falsa, y ante el hermetismo con que Darcy guarda los detalles de su vida, Wickham entra en la familia Bennet, incluso logra que Elizabeth se medio enamore de él. Pero después pierde el interés por ella al centrar su atención en una acaudalada heredera.
Ese detalle hace suponer a Elizabeth, que tonta es, que quizás el simpático Wickham no es tan sincero como dice ser. Páginas más adelante, sale a la luz la verdadera historia entre Wickham y Darcy. En realidad el primero es un rufián que sí fue el protegido del padre de Darcy pero que jamás quiso para sí una aburrida carrera eclesiástica. Lo que hizo al morir su protector fue cambiarla inmediatamente por dinero ante el hijo.
Después, ya sin fondos, trató de obtener nuevamente un beneficio de Darcy, y cuando éste se lo negó, sedujo a su hermana e intentó fugarse con ella, planes que nuevamente frustró el propio Darcy. Por esas razones lo odia y va de un lugar a otro despotricando contra él.
Una vez que su capacidad de hablar bien de sí es superada por su capacidad de endeudarse rápido, Wickham emprende una más de sus escapadas, pero en esta ocasión se lleva un recuerdo para distraerse un poco mientras decide qué hacer: a la alocada Lydia Bennet, la hermana menor de Elizabeth.
Como los Bennet saben bien que Wickham no piensa casarse con ella, ya sienten sobre ellos el peso de la deshonra, pero poco a poco y de manera extraña las cosas empiezan a componerse, sucesos que Elizabeth y su padre atribuyen a un generoso pariente.
La realidad es que el propio Darcy, pese a lo mucho que odia a Wickham, lo ha buscado para sobornarlo y así convencerlo de que se case con Lydia. De esta manera Wickham se convierte en un villano que, contrario a la tradición literaria, no recibe su merecido. Aunque sus privilegios se le terminan pronto dada su afición a gastar y al final solo le queda la ruina y una esposa adolescente con una inteligencia muy reducida y algo loca.

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